Oops / Ben

Ahora que lo pensaba no había sido buena idea lo de ponernos en medio del supermercado ha hacer carreras de carritos, no era que me gustara meterme en líos es que ellos me encontraban a mi como si nada y bueno, lo de que mi carrito terminara por llevarse por delante a una mujer tampoco fue mi culpa, se me escapo, pero el caso era que la maldita amargada decidió que me merecía un escarmiento y por tanto decidió que la policía será la que hablaría un poco conmigo y como en ese maldito pueblo todo el mundo se conocía termine en la comisaria esperando a que alguien de mi familia me viniera a buscar, suponía que seria Ben, ya que mi padre estaría trabajando en el centro medico y mi madre, quizás mi madre estaba dándose rayos uva o había ido a que le hicieran la manicura.

Benjamin estaba en la estación de bomberos hechándose unas risas con sus compañeros de trabajo que casualmente eran sus amigos. Tenía unas cartas magníficas, se iva a sacar una pasta porque todos estaban apostando muy alto. Una de sus felinas sonrisas perfectas estaba dibujada en su varonil rostro cuando entreabrió los labios para decir un afrancesado 'touché' pero el movil le cortó el rollo. Frunció el ceño y dejó las cartas boquiabajo para tomar su viejo motorola y responder. Anda ya.. reconoció el número al acto. Rodó los ojos y se mentalizó para lo siguiente. La voz del jefe de policía lo atormentó a preguntas sobre si su hermana pequeña jamás iva a madurar de una santa vez -en realidad dijo jodida vez, pero no maticemos- el caso esque Benjamin tuvo que abandonar la partida para andar un par de manzanas hasta la comisaria dónde ya era conocido. Al ver a Lauren sentada en el banco de siempre la miró alzando una ceja y se cruzó de brazos. Esta chica... No dijo nada a la chica, simplemente arregló los desperfectos con esa histérica mujer, que solo verlo dejó de exagerar sobre los hechos ya que Benji le había bajado al gato del arbol unas cuantas veces.

Suspiré mientras escuchaba al jefe de policía hablando, seguramente con mi hermano porque lo de “jodida vez” dudaba que se le ocurriera decírselo a alguno de mis padres.
Seguía allí sentada, la mujer seguía hablándome del respeto, de los adultos y no se que cosas mas, yo simplemente asentía y jugaba distraída con las puntas de mi rojo cabello, colando algunas tontas sonrisas al escuchar lo que decía del carrito, la verdad había sido gracioso, pero en cuanto escuché la puerta y vi a mi hermano me quedé seria de nuevo y deje de tocarme el pelo, con mi hermano había siempre buen rollo pero… no me extrañaría que terminara por hartarse de ayudarme con aquellas bobadas que me daban por hacer.

Benjamin se cruzó de brazos mientras negociaba la manera de calmar a esa histérica mujer. Asintió cada vez que ella terminó una frase. Había leído en uno de esos libros de cómo relacionarse con la gente de forma correcta y convincente, para en cierto modo, salirte con la tuya. El hecho de asentir lograba que la mujer se fuera calmando al tener la falsa impresión de tener la razón. Benji se limitó a darle toda la razón mientras se mordisqueaba el labio inferior. El jefe de la policía no apartaba los ojos de ese pelo rojo chillón que siempre venía de la mano de problemas para ese pequeño y pacífico pueblo. Después de que el muchacho, por no decir hombre, calmara a la señora, logrando que ésta no tomara represalias, se acercó a Lauren y con un movimiento de mentón le indicó que saliera fuera en silencio. Ya hablarian en la calle de ese tema.. oh y tanto que lo hablarían.
Le abrió la puerta y se despidió de los presentes con un elegante 'buenos días'. Una vez fuera se detuvo y la miró alzando una ceja de nuevo

- ¿jamás piensas sentar la cabeza, Lauren?

Simplemente iba mirando de vez en cuando a Ben y a la mujer, y de reojo al jefe que tenia la cara algo extraña mirándome, fruncí el ceño levemente y volví a suspirar, sabia lo que iba después de esa espera silenciosa por mi parte.
Ben se acerco y le miré, sabiendo que debía levantarme y seguirle, y aquello fue exactamente lo que hice, me levante, me subí la cremallera de la cazadora y metí las manos en los bolsillos saliendo antes que él y al escucharle volví a mirarle.

- Solo nos echábamos unas risas, esa mujer exagera - le dije seria, excusándome

- Eso mismo dijiste la semana pasada cuando le atásteis a ese pobre perro las latas de cocacola con hilo de pescar a la cola.

Dijo apoyando las manos en las caderas de forma casi autoritária, y esque a falta de padres, Benji. Rodó esos ojos miel y suspiró, encorbando ligeramente la espalda para acercarse a ella y apoyar su frente en la de esa jovencita rebelde. La miró fijamente a los ojos y sonrió de forma cómplice para sisear de forma reptil

- que no se repita.. por tu culpa he perdido un Rolex que se había apostado James..

Reí levemente al escuchar lo de el perro y las latas, no habia sido nada cruel, el perro hasta parecia pasarlo bien, aunque fui yo la que decidi parar con aquello, me sentia mal por el pobre perrito.

Apoyó su frente sobre la mia y sonreí y luego hize una pequeña mueca - No tendrias que haber dejado que James se quedara con su Rolex, ya sabes que no me importa esperar allí - dije y luego me encogí levemente de hombros

Benjamin apoyó ambas manos en los hombros de ella e hizo un poco de fuerza para erguirse de nuevo, dejando que una ocasional ráfaga de aire les removiera los cabellos a ambos. Con lo bonitos que eran esos cabellos morenos de su hermana... bueno, en ese día sus padres ya se habían encargado de poner el santo al cielo; él solo había dicho que tampoco le quedaban tan mal. Le tocaba hacer del abogado del diablo, y en ese caso, el diablo tenía el pelo rojo y se dedicaba a atropellar señoras con carritos de la compra.

Negó suavemente y le pasó un brazo por los hombros a sabiendas de que a ella no le molaba el rollo de ir de la manita, quedaban mejor así, como un pederasta y su víctima. Se rió por lo bajo y echó a andar

- seguro que ese Rolex era falso, además.. no pensaba dejarte aquí ni loco, pequeña delincuente.

Volvi a sonreir cuando se separo, no podia negar que era lo mejor de mi familia, Ben siempre me apoyaba, aunque a veces tubiera que echarme la bronca por ciertos comportamientos era el que me defendia con palabras ante mis padres y yo era la que daba portazos sin decir nada o soltando un insulto.

Le miré de reojo cuando paso su brazo por mis hombros, preferia así que de la mano, mas de una vez le habia pegado un rito si me daba la mano, me parecia tan cursi...

- Hummm, debere comporbarlo para cuando se lo juege de nuevo - dije sonriendo para luego mirarle - A partir de ahora llamame pequeña delincuente siempre - bromeé

Benjamin andó, dejando que los sonoros pasos de sus botas encima del asfalto resonaran y lo siguieran como un fiel perro a todas partes. Ante el último comentario se detuvo en seco, casi derrapando por culpa de la maldita arenilla del asfalto recién arreglado. LA miró desconcertado y negó repetidas veces, haciendose de nuevo pasar por el rey de la comedia dramatica que solía hacer para pasar el rato con su hermana

- ni de coña te llamaré así, acabarás creiéndotelo y luego será mi culpa si te encarcelan. No podría vivir con eso.

Al notar que Ben se paraba de golpe de ese modo le miré haciendo una mueca ¿que narizes pasaba ahora?, hize un gesto como pidiendo que diera alguna explicacion para hacer aquello y al escucharle no pude evitar soltar una carcajada por la que algunos se dieron la vuelta para mirar.

- Oh por dios Ben, ya pensaba que te habia dado una paralisis cereblar o algo asi - medio bormee volviendo a andar para que se dejara de bobadas, no iban a encarcelarme, no estaba tan loca.

Benjamin se permitió el lujo de ensanchar una de sus perfectas sonrisas y negó con la cabeza. Siguió andando a su lado pero ahora sin el brazo por encima de ella. Rodó los ojos un par de veces y consultó su reloj el mísmo numero de ocasiones. Se mordisqueó el labio inferior mientras se lamentaba por no tener nunca la oportunidad de apagar un buen fuego. Eso de bajar gatos de ls árboles estaba bien para poner contentas a las viejas que tironeaban de sus mejillas.. pero a las más jovencitas no les hacía nada.

- casi casi, pequeñaja endemoniada

Bromeó pensativo

Observé a mi hermano con atencion mientras seguiamos caminando, se le veia pensativo sin duda, aunque no tenia demasiado claro el porque, yo solo pensaba de ese modo cuando tenia que pedirles dinero a mis padres, cosa que siempre preferia no hacer, fruncí el ceño y me decidi ha hablar.

- Humm dime hermanito de mi corazón que pasa por esa cabeza que no te deja molestarme? - pregunté intentando no sonar entrometida pero queriendo sacarle información

Benjamin siguió andando, haciendo que esos pasos resonaran por la calle y no los dejaran en paz. Al principio resultaba incómodo, pero terminó pasando a segundo término, como si fuera una relajante música de fondo. Siguió castigando su labio inferior con los incisivos mientras clavaba sus ojos miel en los reflejos que el sol formaba en ese pelo color fuego de su hermana. ¿Sería ese color tan parecido al de las llamas que solo tenía oportunidad de apagar en sus sueños?

Cuando ella habló la miró y se encojió de hombros, ensanchando esa característica sonrisa que lograba despistar a la gente y dejar de creer que el hombre estaba preocupado, aunque dudaba que con su hermana fuera a funcionar, dado que ambos se conocían perfectamente, así que lo mejor era confesarlo

- estoy cansado de bajar gatos de los árboles.. cuando me hice bombero me esperaba, nosé, más.